Noche de brujas

Quizás es San Juan una de mis fiestas favoritas. A pesar de tener nombre de santo es una de las fiestas que más conservan la tradición pagana del solsticio de verano. Los juegos con el fuego me fascinan: las hogueras, los petardos, la noche...

Desde pequeña me decían que San Juan era la noche en que se reúnen las brujas en la cima de las montañas y mi imaginación me traía imágenes de mujeres vestidas de negro con gorros tan puntuagudos como sus narices, risas estrepitosas y mucha flor de San Juan.

Las brujas siempre me han atraído, mujeres libres sin ataduras. A pesar de las persecuciones que han recibido a lo largo de la historia me gusta pensar en ellas como en ganadoras que no necesitaban la sociedad para vivir. Que vivían a su aire y eso es lo que provocaba el miedo en los demás. Por eso las perseguían y quemaban. Pero ellas seguían allí, con su manera de vivir. Ignorando lo que no les gustaba y viviendo a su manera. Si las brujas hubieran ganado mucho antes, bastante sufrimientos nos habríamos ahorrado. Quizás por eso, la noche de San Juan me gusta tanto, porque creo que las brujas están allí, viviendo libremente en medio del fuego que tanto les gusta.

Reflexiones post-electorales

Si bien durante la campaña he estado tan ocupada que no te he tenido tiempo de escribir casi nada, creo que ahora sí es el momento de plantearse varias cuestiones.

La primera reflexión que deberíamos hacer todos es sobre la abstención. El hecho de optar no escoger a las personas o los partidos que te representaran en las instituciones a lo largo de cuatro años es una decisión muy seria y que pocos se toman como tal. La lucha por la democracia en este país (y hablo de oídas porque yo ni había nacido) fue demasiado encarnizada como para tomarse este derecho a la ligera. Yo ya sé que los partidos políticos no nos representan del todo, que ninguno defenderá exactamente nuestras ideas. Que la política parece alejada del mundo de la calle. Pero en vez de no votar, lo que cabría esperar es buscar soluciones, alternativas para animar a la sociedad a participar en el proceso de creación del mundo que queremos.

Es importante buscar soluciones democráticas para que la participación sea más activa y que la sociedad en general se sienta más inclinada a opinar. La aparición de nuevos partidos no alejará la sensación que la política y la sociedad viven con un abismo en medio. Quizás es el momento de plantearse las listas abiertas en que se tenga en cuenta, además de la ideología, la persona que tenemos delante. Las nuevas tecnologías en general e internet en particular, además, nos ofrecen múltiples posibilidades de participación. Desde encuestas semanales creadas por los ayuntamientos para decidir cuestiones de interés general para el pueblo hasta foros donde los ciudadanos puedan opinar sobre la política municipal y que reciban respuestas de los ediles.

La segunda reflexión importante es el rédito electoral obtenido por partidos y plataformas que defienden posturas marcadamente racistas y xenófobas. El hecho de que partidos supuestamente democráticos usen un discurso propio de la extrema derecha y que nadie se alce a discutírselo de manera coherente ha convertido el discurso en algo supuestamente aceptable. Tanto el PP como CIU se han valido de un discurso que los ha beneficiado pero a la vez, ha beneficiado de manera alarmante a partidos como Plataforma per Catalunya, liderada por Josep Anglada, que no ha tenido reparos en afirmar delante de un reportero disfrazado de militante de ultraderecha que él sigue teniendo ideas falangistas pero que debe moderar sus discurso para pasar por democrático. Podéis ver el vídeo aquí:

Ante toda esta situación debemos tener presente que la ofensiva xenófoba y racista de los grupos de extrema derecha liderados por el PP aumentarán progresivamente hasta las elecciones generales. El crecimiento de Plataforma per Catalunya o el partido ultra España 2000 solo es entendible bajo el marco que han establecido partidos como el PP en que han dado por válidos discursos completamente racistas otorgando un nivel de credibilidad entre los ciudadanos que no debería ser tal.

Es importante que se cree una conciencia social colectiva que se enfrente de manera beligerantemente democrática a estas actitudes racistas. Es importante ofrecer ideas cercanas a los ciudadanos pero que den soluciones reales a sus problemas enraizándolas en un discurso social con valores como la solidaridad, la no discriminación y el anti racismo.

No cambiaremos la sociedad de un día para otro pero si no empezamos a movernos en una dirección otros tomarán la iniciativa y la torcerán tanto que luego tendremos más trabajo para enderezar el camino hacia donde queremos dirigirlo.