El diario rojo del cole

Una tarde lluviosa de domingo, un viejo libro escondido detrás de una de las estanterías que pueblan mi casa llamó mi atención. Se titulaba "el libro rojo del cole" y era una traducción de un libro danés, de los años 60 o 70. Desde entonces lo he tenido en mi mesilla y de vez en cuando lo consulto. Si bien en algunas cosas es algo ingenuo, en otras, me ayuda a pensar con claridad. Si es que alguien lo hace.

Thursday, March 16, 2006

Empecemos

No quiero ponerme trascendental, sobretodo porque dado mi naturaleza voluble es muy posible que iniciar este blog no signifique nada. Pero me gustaría que me sirviera como una pequeña e incesante vara a la hora de obligarme a escribir. Algo. Lo que sea. Simplemente por el hecho de hacerlo.

Pero, ¿Qué significa realmente escribir? ¿Quién es más escritor? ¿El blogger que se auto-obliga cada día a publicar un escrito contando qué ha comido hoy o el divo que se hace llamar a si mismo escritor mientras de sus manos no sale ni una sola línea, su vida se basa en la idea de ser escritor? Aún no tengo claro qué tipo de escritora quiero llegar a ser.

Contar qué he comido hoy, desde luego, no lo haré. Más por pudor que por otra cosa. Vanagloriarme de escribir, sí, es posible. Si bien me esconderé siempre detrás de una máscara, que no creo me atreva a desvelar jamás.

Tampoco sé de qué quiero hablar aunque para mi la literatura tiene algo de compromiso social. Al menos la literatura que me llama la atención. Me gustaría hablar de lo que no hablan los adultos, pero tampoco quiero dar lecciones a nadie. Desde mi posición, al margen, o quizás en las estrellas.

Por hoy, es suficiente. Mañana no sé si volveré.

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